Cuando pedís un préstamo, las entidades financieras suelen pedir una garantía para asegurarse de que vas a devolver el dinero. Pero, ¿sabías que hay varios tipos de garantías además de la hipotecaria? En esta nota, te contamos de manera sencilla qué otras opciones existen para que elijas la que mejor se ajuste a tu situación. ¡Seguí leyendo y descubrí más!
¿Qué es una garantía para préstamos y por qué es importante?
Cuando querés pedir un préstamo, es posible que la entidad financiera te pida algún tipo de garantía. Pero, ¿qué significa esto? Básicamente, la garantía es algo que le asegura al banco o a la entidad que le vas a devolver el dinero prestado. Si por alguna razón no podés cumplir con el pago, la entidad puede tomar la garantía para cubrir la deuda.
Aunque las garantías hipotecarias son las más conocidas, hay muchos otros tipos de garantías que se utilizan en diferentes tipos de préstamos. A continuación, te contamos cuáles son y en qué situaciones podés encontrarlas.
Garantías personales: la opción más común
¿Qué es una garantía personal?
En una garantía personal, vos como solicitante del préstamo te comprometés personalmente a devolver el dinero. Esto significa que si no podés pagar, la entidad puede ir contra tus bienes personales para recuperar el monto adeudado. Este tipo de garantía se utiliza mucho en préstamos personales y préstamos de menor monto.
Fiadores o avales
En algunos casos, las entidades financieras te pueden pedir que alguien más (un tercero) sea tu aval o fiador. Esto significa que esa persona se hace responsable de la deuda si vos no podés pagar. Los fiadores suelen ser amigos o familiares cercanos que confían en que vas a cumplir con el compromiso. Es importante que ambas partes (vos y tu fiador) tengan claro el compromiso, ya que el fiador puede verse afectado si no cumplís con los pagos.
Garantía prendaria: para vehículos y bienes muebles
¿Cómo funciona la garantía prendaria?
La garantía prendaria es una de las más comunes cuando se financian vehículos, maquinaria o bienes muebles. En este caso, lo que hacés es «prendar» el bien que estás comprando (por ejemplo, un auto o una moto), lo que significa que el bien queda como garantía hasta que termines de pagar el préstamo. Si no cumplís con los pagos, la entidad puede quedarse con el bien.
Este tipo de garantía es muy utilizada en préstamos para la compra de automóviles y también en préstamos para maquinaria o equipos que se usan en empresas o emprendimientos.
Garantía fiduciaria: más seguridad para la entidad financiera
¿En qué consiste la garantía fiduciaria?
En la garantía fiduciaria, el bien (que puede ser un inmueble, una propiedad o incluso un derecho) pasa a manos de un fideicomiso que lo administra mientras dure el préstamo. Si no cumplís con los pagos, el fideicomiso puede vender el bien para saldar la deuda. Este tipo de garantía se utiliza mucho en operaciones comerciales de gran magnitud o en créditos con condiciones más exigentes.
Garantía con fondos de inversión o ahorros
¿Cómo funciona?
Algunas entidades permiten utilizar fondos de inversión, cuentas de ahorro o depósitos a plazo fijo como garantía. Es decir, «bloquean» esos fondos mientras dura el préstamo. Si no podés cumplir con los pagos, la entidad puede tomar esos ahorros para cubrir la deuda.
Este tipo de garantía es útil si tenés ahorros pero no querés desprenderte de ellos inmediatamente, y te permite acceder a un préstamo sin vender tus activos.
Pólizas de seguros como garantía
¿Qué implica usar un seguro como garantía?
Algunas entidades permiten que utilices una póliza de seguro como garantía para un préstamo. Si contratás un seguro de vida o de otra índole, podés utilizar la suma asegurada como respaldo. Si fallecés o sucede algún evento cubierto por la póliza, el seguro se usa para pagar el préstamo. Esto ofrece tranquilidad tanto para vos como para la entidad.
Conclusión: elegí la mejor garantía según tu necesidad
Cuando pensás en pedir un préstamo, es importante que sepas qué tipo de garantía vas a necesitar. Desde garantías personales, fiadores o prendas sobre bienes hasta el uso de ahorros o pólizas de seguro, las opciones son variadas. Lo ideal es que elijas la opción que mejor se adapte a tu situación económica y que te brinde la mayor comodidad a la hora de cumplir con tus pagos.
Antes de tomar cualquier decisión, siempre es recomendable comparar diferentes entidades y sus condiciones para encontrar la mejor oferta. ¡Así vas a poder conseguir el préstamo que necesitás con la garantía que más te convenga!
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